Por allá de los años 80’s, mientras veía en el pizarrón cómo la maestra escribía mil números y procedimientos para dividir 28,345 entre 36, pensaba que todo aquel proceso sería inútil en mi vida porque siempre tendría una calculadora a la mano para hacerlo… al día de hoy, no he tenido que hacer una división ‘de varios números’ a mano, fuera de un salón de clases.
A finales de los años 90’s, mientras mi maestro de contabilidad sacaba una de las famosas ‘hojas verdes’ (seguramente muchos de mis lectores no sabrán ni a qué me refiero) para hacer mil cálculos de negocio a lápiz (para poder borrar), pensaba que todo aquel proceso sería inútil en mi vida pues siempre tendría a Excel a la mano para hacerlo… al día de hoy, ni en un trabajo ni en mi negocio, he tenido que usar una hoja verde y un lápiz para llevar la contabilidad o ‘echar números’ en algo.
Ni la calculadora ni el Excel sirven de nada si no sabes con qué objetivo los estás usando, o las bases del procedimiento. ¡Que eso quede claro! Eso no puede dejar de enseñarse en la escuela, en la casa o en la oficina.
Escribir a mano, adelantar el caset para llegar a la canción que te gusta, sacar una estadística, llamar por teléfono y esperar en línea para ordenar algo a domicilio, desplazarte hasta donde haya una computadora para enviar un mensaje o correo, buscar un lugar que tenga conexión a internet, colocar una pieza a un producto a mano en la industria, y cien ejemplos más que se te puedan ocurrir, son buenos para definir cosas que ya no tenemos que hacer porque una innovación tecnológica ha hecho nuestra vida más fácil.
En todos esos ejemplos hubo alguien (o muchos) que dijeron: Estamos criando tontos que no van a saber hacer (coloque el procedimiento que usted guste aquí) como nosotros lo sabemos, y en todos, o en la mayoría de los ejemplos, no hubo problema.
En todos esos ejemplos (dependiendo de la persona, claro está) quien aprovechó la tecnología, pudo dedicar el tiempo que se ahorró al automatizar el procedimiento en algo de provecho que no hubiera podido hacer de haber tenido que invertir más tiempo haciéndolo de la forma tradicional.
ZOHO CRM
El CRM que ha sido calificado como el mejor por críticos, analistas y usuarios.
Hoy estamos frente a una tremenda innovación tecnológica: la inteligencia artificial; que escribe, diseña, organiza, automatiza, compone, programa, corrige, y diagnostica mil y una cosas que antes las tenías que hacer tú (Seguro encuentras un ejemplo relacionado a tu profesión aquí).
En la industria que me ha dado de comer por años (Marketing) esto es una gran cosa, pues dentro de muy poco una Agencia de Marketing Digital de 20 personas, se reducirá a una persona que sepa usar todas estas herramientas y las opere de forma que generen valor.
Repito la frase clave: Y las opere de forma que generen valor.
Y entonces en mi industria, y en la tuya, la gente tendrá más tiempo para desarrollar otras cosas, nuevas ideas, mejorar procesos que aún son manuales, optimizar costos, maximizar rendimientos, inventar nuevos productos, mejorar viejos productos, explorar nuevas profesiones, pasar más tiempo con su familia, tener un perro, etc. etc. etc.
Una de las claves, tal vez la más importante, es no dejar de pensar. No es lo mismo corregir y perfeccionar algo bien pensado, que esperar que la máquina piense por ti.
Así que si eres de los que se quejan porque un robot quiere venir a hacer tu trabajo o porque las próximas generaciones no tendrán que batallar todo lo que tú batallaste para hacer un cierto procedimiento, tienes dos opciones:
1.- Preocuparte y esperar el apocalipsis zombie para sobrevivir en base a saber hacer las cosas sin la necesidad de una computadora.
2.- Empezar a utilizar las herramientas de I.A. que te pueden ayudar a potenciar tus conocimientos y generarle más valor al mercado.
¡Bienvenida inteligencia artificial! Acompáñame para explicarte un par de procesos en los que me puedes ayudar.