Sabe más rico de lo que se veía en la foto del menú
¿Cuántos restaurantes podrán presumir que sus comensales expresaron frases con significados similares cuando los visitaron?, no muchos seguramente, y muy probablemente son esos pocos los que recibieron de vuelta la visita de esos comensales, junto con la de muchos otros que de alguna manera se enteraron de aquella agradable experiencia.
Un error muy común en el que las empresas hemos caído desde el inicio de las prácticas publicitarias y de técnicas de ventas, es el de prometer más de lo que podemos hacer; y es que la tentación es mucha, y las oportunidades pocas. Sabemos de antemano que el hecho de que una persona vea nuestro anuncio o nos de una primera cita de ventas, es tal vez la única oportunidad que tendremos de darle a conocer lo que podemos hacer por él/ella. Así que caemos en la tentación de prometer más de lo que podremos ofrecer, con la esperanza de enamorar a primera vista.
Seguramente que el esfuerzo funcionará, pues el impacto que nuestra publicidad ha dejado en la mente de aquel consumidor hará que tarde o temprano pruebe nuestro producto o servicio si es que cubre una de sus necesidades. Lo interesante viene cuando aquel motivado consumidor decide darnos una oportunidad… ¡UNA!
¿Qué pasará entonces cuando el consumidor pruebe nuestro producto o servicio y se de cuenta de que es inferior a lo que le prometimos cuando lo enamoramos?
Lo de menos es que no regrese, pues con las herramientas de conocimiento compartido que existen hoy en día, ese consumidor puede dejar un ‘review’ de nuestro producto en cualquier sitio web o red social, además de comentar a sus conocidos la mala experiencia. Toda esa información puede dañarnos poco de inicio, sin embargo puede convertirse en una bola de nieve que tarde o temprano pasará sobre nosotros destruyendo lo que con tanto esfuerzo hemos levantado.
El consumidor valora la honestidad
Dejemos ya atrás esa publicidad engañosa, ensalzadora, exagerada; la que logrará que tengamos una venta spot, pero no que creemos una relación duradera con el cliente o el mercado, según sea el caso.
¡Es más barato mantener un cliente satisfecho que conseguir uno nuevo!
Asegúrate de que la experiencia que tu producto o servicio le otorgue al cliente, sea superior a lo que le prometiste para traerlo hasta aquí, y tendrás tarde o temprano el éxito asegurado.